miércoles, 22 de septiembre de 2010

29 DE SEPTIEMBRE - HUELGA GENERAL

Como ya sabéis, el 29 de septiembre hay convocada huelga general a nivel de todo el Estado español, los sindicatos institucionales por un lado, y la CGT por el otro con convocatoria propia y diferenciada de la de los mayoritarios. Una huelga que llega en un contexto de crisis muy grave y con un fuerte componente de pesimismo y resignación instalado en capas muy importantes de la clase trabajadora.

Desde CGT hace meses que estamos pidiendo la convocatoria de una huelga general para hacer frente a las medidas que gobierno y patronal están llevando a cabo y que, añadidas al actual contexto de crisis generada por el mismo sistema capitalista y sus gestores , con la banca y el sistema financiero al frente, están suponiendo graves recortes en los derechos laborales y las prestaciones sociales, de graves consecuencias de cara al futuro para las condiciones laborales de las nuevas hornadas de personas que se incorporan al mundo laboral.

Primero fue el "decretazo" aprobado por el Gobierno el pasado mes de junio, con recortes salariales a los trabajadores de la administración pública y recortes sociales diversos (congelación de las pensiones, eliminación del cheque-bebé, aumento del IVA, reducción de prestaciones a personas dependientes, reducción de presupuestos públicos, etc), cuando en cambio, ni aumenta los impuestos a los ricos, ni persigue el fraude fiscal y la economía sumergida, ni elimina los paraísos fiscales, ni exige responsabilidades a los responsables de la crisis. Y todo ello en un contexto en que el gasto público social del Estado español es el más bajo de la zona euro. ¿Por qué no se buscan los ingresos allí donde está el dinero en lugar de seguir robando a los trabajadores, a las trabajadoras y a las clases populares? ¿Para qué se sigue regalando dinero a la banca y los especuladores?

Después, a primeros de septiembre, se ha aprobado la nueva reforma laboral, que conlleva : la rebaja de los costes de los contratos ; reduce notablemente las indemnizaciones por despido (que además son pagadas en parte por el Fogasa, o sea, entre todos) ; convierte el despido en casi libre y elimina en la práctica el derecho fundamental a la tutela judicial en los despidos objetivos, generaliza el Contrato de Fomento a la Contratación Indefinida, el de los 33 días, pasando a ser el contrato ordinario mientras que el de 45 días quedará como una reliquia, supone una privatización de los Servicios Públicos de Empleo al facilitar la entrada de las ETT, flexibiliza las condiciones de trabajo (horarios, jornada, funcionalidad, sistemas de turnos y sistemas de retribución), eliminando el control administrativo y debilitando el control por parte de los trabajadores y trabajadoras de las condiciones colectivas ; precariza aún más la contratación juvenil ; hace inservible la negociación colectiva al posibilitar que las empresas pacten modificaciones de las condiciones de trabajo sustanciales ; …

Y ahora, el próximo que quieren aprobar es el "pensionazo", un nuevo ataque a las pensiones que comportará el incremento de la edad de jubilación a los 67 años (camino de los 70), considerar toda la vida laboral para calcular la pensión a percibir, aumentar hasta 20 a 25 años el número mínimo de años cotizados para tener derecho a la pensión de jubilación, reducir y congelar las pensiones, …

Esta huelga del 29-S llega demasiado tarde, además en un contexto de escepticismo generalizado entre los trabajadores y trabajadoras, la resignación parece haberse instalado con fuerza entre nosotros y las personas trabajadoras han perdido empuje, ganas y confianza en su capacidad de cambiar las cosas, defender sus derechos y hacer frente a las injusticias que estamos sufriendo.
Pero debemos ser conscientes, por responsabilidad y coherencia, de que la huelga del 29-S es una oportunidad importante de frenar las medidas que han aplicado (decretazo y reforma laboral) y las que quieren aplicar próximamente (recorte de las pensiones). Un fracaso en esta jornada de huelga aún dará más alas al gobierno y la patronal para seguir recortando derechos y prestaciones, flexibilizando, desregulando y precarizando aún más las condiciones de trabajo, y por lo tanto seguirán avanzando en el camino de conseguir que el despido sea prácticamente libre y muy barato.

Cualquiera que haya consultado información sobre las medidas aprobadas y sus consecuencias y sobre la convocatoria de huelga del 29-S, debería captar la gravedad del momento. Por lo tanto, por ética, por justicia social, por coherencia, tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para conseguir que la jornada del 29-S sea un éxito de participación y fuerce al gobierno a retirar las medidas aprobadas.

Debemos ser conscientes de que nos jugamos mucho y de la responsabilidad que todos tenemos de cara a cambiar la situación actual. Nosotros lo tenemos muy claro : hay que luchar para repartir el trabajo y la riqueza. No puede ser que por la voracidad de los mercados financieros y por el deseo de las patronales, las multinacionales y los grandes empresarios de mantener sus niveles de beneficios, las clases populares paguemos los platos rotos y cada día vivamos y trabajemos en peores condiciones.

En un contexto de desempleo galopante y de grave crisis económica lo que hace falta es trabajar menos para poder trabajar todos, aumentar el gasto social, reforzar los servicios públicos en lugar de privatización y que la riqueza generada por nuestro trabajo no sirva sólo para llenar los bolsillos de especuladores, banqueros y empresarios sino para revertir en servicios para toda la sociedad y para mejorar el nivel de vida de la mayoría de la población.